Ésta es la historia de Gala Dalí, una ciudadana que llegó a Europa procedente de la Rusia de los zares y que acabó vanagloriándose de ser la única mujer capaz de sacar lo mejor de los hombres con los que se emparejaba.
Una mujer que, tras probar el sexo por primera vez poco después de cumplir los dieciocho, descubrió que unas desinhibidas relaciones facilitaban tener control sobre los demás. Una mujer que siempre tuvo hombres ―múltiples, variados, simultáneos, de distintas edades y procedencias, amigos de sus amigos y también enemigos, pintores, escritores, aspirantes a actores, nobles, plebeyos, ricos, pobres, pero también drogadictos y desahuciados― a sus pies y, sobre todo, en su cama. Una mujer consciente de que para mantener el estatus social al que aspiraba, centrado sobre todo en lo económico, tenía que permanecer casada, fuese o no fiel a su marido, para que se la considerase respetable. Una mujer que estuvo casada con uno de los genios más brillantes del arte universal: Dalí.
Ahora, Gala ya no es sólo una musa. No es sólo una mujer. Gala es, por fin, una novela.